La idea de “emprendimiento social” suscita una reacción positiva. Es un concepto que se adapta bien a nuestros tiempos. Combina la pasión de una misión social con una imagen de disciplina empresarial, innovación y determinación comúnmente asociada a, por ejemplo, a una compañía pionera en alta tecnología del Silicon Valley. El momento se presta a un enfoque empresarial de los problemas sociales. Muchos esfuerzos gubernamentales y filantrópicos se han quedado cortos en relación de nuestras expectativas. Las instituciones del sector social se ven a menudo como ineficientes, inefectivas e insensibles. Se necesitan empresarios sociales para desarrollar nuevos modelos para un nuevo siglo.
El lenguaje del emprendimiento social puede ser nuevo, pero no lo es el fenómeno. Siempre hemos tenido empresarios sociales, aunque no les llamásemos así. Ellos crearon originalmente muchas de las instituciones que ahora damos por hecho. Sin embargo, el nuevo nombre es importante en tanto en cuanto implica que los límites del sector aparecen difusos. Además de las innovadoras empresas sin ánimo de lucro, el emprendimiento social puede incluir sociedades empresariales de fin social, como bancos de desarrollo de comunidades con ánimo de lucro, y organizaciones híbridas que combinan elementos con y sin ánimo de lucro, como refugios para personas sin hogar que inician negocios para formar y emplear a sus residentes. El nuevo lenguaje ayuda a ampliar el campo de juego. Los empresarios sociales buscan los métodos más efectivos para cumplir sus misiones sociales.
Aunque el concepto de “emprendimiento social” está ganando popularidad, existen distintas interpretaciones del mismo para unos y otros, lo que puede dar lugar a cierta confusión. Muchos asocian el emprendimiento social exclusivamente a organizaciones no lucrativas que ponen en marcha empresas con fines lucrativos o ingresos salariales. Otros lo utilizan para describir a cualquiera que ponga en marcha una organización sin fines lucrativos. Y hay quien lo utiliza para referirse a propietarios de empresas que integran la responsabilidad social en sus operaciones. ¿Pero qué es realmente el “emprendimiento social”? ¿Qué se necesita para ser un empresario social? Para responder estas preguntas, debemos comenzar por analizar las raíces del término “emprendedor”.
¿Qué es un Emprendimiento Social?
Se denomina como emprendedor social a aquella persona que ha creado y dirige una organización que está orientada a la creación de valor social a través de nuevas ideas, productos o servicios.
Estas organizaciones utilizan herramientas y metodologías de los negocios tradicionales sin embargo no se consideran como “Organización con fines de lucro”. Realizan una actividad empresarial que tiene por objetivo hacer frente a los problemas de la sociedad. Tienen un fin social, aun así necesitan generar ingresos para subsistir y tener un modelo sustentable.
Lo que motiva a los emprendedores sociales es generar un impacto positivo en la sociedad, crean productos o servicios que buscan solucionar los problemas de sectores más vulnerables o que no son atendidos completamente por las empresas o el mercado.
Las definiciones de emprendimiento social suelen contener algunos elementos en común:
- creación de valor social
- soluciones innovadoras a problemas sociales
- uso de principios y herramientas empresariales
- cambio social
Todas ellas son empresas que, con diferente tamaño, forma jurídica y ámbito de actuación, han utilizado el mercado para alcanzar un objetivo de cambio social. Y es que la creación de valor social puede entenderse como el fin último y la razón de ser del emprendimiento social, pero usando para ello herramientas y conceptos típicos de empresas convencionales.
A diferencia de ONGs o Fundaciones, las empresas sociales comercializan un producto o servicio y realizan una actividad empresarial, de esa forma poseen una fuente de ingresos que le permite ser sostenible en el tiempo y lograr mayor impacto social a lo largo del tiempo, sin depender de donaciones o de filantropía. Además, el hecho de contar con ingresos le brinda la posibilidad de afrontar la contratación de profesionales para que trabajen en la organización a un salario aceptable. De esta forma, se puede atraer a que personas talentosas, con formación y vocación puedan dedicarse profesionalmente a trabajar por una causa social, y no necesariamente tenga que trabajar en una empresa consolidada para tener desarrollo profesional.
También, los mecanismos de mercado le dan a las empresas sociales mejores prácticas para la planificación, la estrategia, la comunicación, los procesos internos, contabilidad, contacto con clientes y beneficiarios, etc.
Las empresas sociales llegan para aportar valor a la sociedad y para atender los problemas de sectores más marginados, de esta forma, se puede llegar a solucionar problemas a los que la filantropia o las acciones del gobierno no llegan a cubrir. Y lo hacen conviviendo con el mercado y con una economía capitalista.
En la gestión de las empresas sociales se deben utilizar las metodologías de una empresa tradicional, y se debe dar importancia a las ventas y a los ingresos que tendrá la empresa, se debe competir con otros productos y tambien se debe tratar de ser siempre mucho más eficiente en los costos. Entonces por ejemplo, se va a medir cuál ha sido la ganancia y cómo han sido las ventas, y tambien se va a medir cuál ha sido el impacto social que se ha generado y cuál ha sido la ganancia social. Como organización, debe disponer de una visión y una razón de ser, y es a partir de ahí que se definen qué deben ser las cosas que deben medirse.
Se entiende que se debe generar ingresos, pero no deben ser lo que se persiga como fin, sino que el dinero es un medio para llegar a lograr el fin social o ambiental que se persigue.
En las empresas sociales se debe ser especialmente eficientes en los procesos, y buscar soluciones innovadoras a los problemas, buscando maximizar el impacto social y hacerlo sostenido en el tiempo. No deben descuidarse los aspectos de negocio y se tiene que mantener un equilibrio entre cuánto esfuerzo se invierte en la causa social y cuánto se dedica a la parte de negocios.
No deben confundirse a las empresas sociales con las iniciativas de Responsabilidad Social Empresarial que realizan empresas, éstas últimas son actividades que las empresas realizan para contribuir con la sociedad y con el entorno que las rodea, sin embargo, no es la misión principal de la empresa.
También, puede ser el caso de empresas convencionales que brinden un producto o servicio que solucione un problema de la sociedad en general, sin embargo, las empresas sociales se caracterizan por atender a sectores a los que no se les presta mucha atención desde el mercado y por brindar una solución a la que antes no tenían acceso.
MODELOS ORGANIZATIVOS DE LOS EMPRENDIMIENTOS SOCIALES
(Grau, 2012, pág. 9)Las cuestiones que los autores se plantean y que una organización social debería tener muy presentes son tres.La primera de ellas es cómo crear una red apropiada para generar valor social y que este llegue al grupo beneficiario. La creación de valor social es un proceso complejo que puede englobar aspectos diversos. Es posible que el emprendedor social no disponga en su organización de todos los recursos necesarios para realizar su proyecto; en este caso es necesario establecer relaciones con otras empresas o crear subgrupos dentro de la misma organización y subcontratar sus servicios para llenar este vacío. Si se opta por subcontratar los servicios de estos grupos, hay que asegurarse de que se comparte el objetivo de responsabilidad social.
FUTURO DEL EMPRENDIMIENTO SOCIAL
(Mair, 2005) En primer lugar, cada vez hay un mayor interés por parte de los profesionales en participar en la actividad emprendedora social, lo cual hará que en un futuro sea más fácil atraer y retener talento.En segundo lugar, se tenderá a aplicar en mayor medida métodos empresariales.Por último, la investigación empírica en este campo debería incrementarse y hacer uso de hipótesis más formales y de métodos más rigurosos.
Biografiaría
Alberto, A., & Rojas, A. (2005). Honestidad. En A. Alberto, & A. Rojas, Honestidad (Primera ed., pág. 70). Caracas, Venezuela: Alfaid Ediciones.
Arrollo, J. M., Estébanez Gastón, B. V., & Giraldo G., A. (s.f.). Protocolo social y empresarial.
Crane, J., Ortiz, F., Pick, S., Givaudan, M., Troncoso, A., & Tenorio, A. (2002). Formación Cívica y ética 2 (segunda ed., Vol. 129). Balderas, Mexico, Mexico: LIMUSA. S.A.
- Mair, J. &. (2005). Social Entrepreneurship Business Models: an Exploratory Study. Barcelona: IESE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario